Después de ocho horas de autobús, por una carretera tan recta como infinita llegamos a El Calafate. Si bien existen vuelos diarios desde Buenos Aires a esta ciudad cordillerana, el autobús desde Rio Gallegos es una oportunidad única, además de asequible, de adentrarse en el paisaje infinito de la Patagonia Argentina.

Ubicado en el extremo sur-occidental de la provincia de Santa Cruz, El Calafate es la puerta de entrada al Glaciar Perito Moreno. Desde aquí, los operadores turísticos locales, además del transporte hasta el glaciar (se tarda algo menos de una hora), ofrecen diversas excursiones y actividades. Las ofertas van desde caminatas nocturnas por el glaciar a la luz de la luna, hasta travesías en barco recorriendo no solo el Perito Moreno sino también los glaciares vecinos. El recorrido termina con una copa de despedida servida con hielo del propio glaciar.

El Glaciar Perito Moreno se extiende sobre el brazo sur del Lago Argentino, dentro del Parque Nacional Los Glaciares. Con un frente de 5 km de longitud y sesenta metros de altura, está considerado la octava maravilla del mundo. 

Cuando descendemos por la pasarela que nos conduce hacia la pared principal del Perito, intuimos que algo grande se avecina. El tiempo parece detenerse en el último tramo de pasarela: divisamos el gran muro blanco azulado del glaciar. Cada recodo y grieta en el hielo cambia de tonalidad con la luz del sol. Por momentos, un lapislázuli intenso que se deshace en verdes claros y turquesas.

Siéntate en silencio y espera. Cuando un estruendo retumbe en tus oídos, prepárate para ver el mayor espectáculo del glaciar, la ruptura de sus bloques de hielo. Es una experiencia tan sobrecogedora que deja helado a cualquiera.

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